Emociones y Sentimientos

Sentimientos y Emociones

La gente se acostumbra a ya no tomar conciencia de ciertas emociones como el miedo, la envidia, el coraje, el odio. Con el tiempo aprende a permanecer tranquilo como si no experimentara tales emociones. Más adelante, aprende a no sentirlas, como si de hecho no existieran en su propio organismo. Por ejemplo en la película Belleza Americana del director Sam Mendes tenemos a Carolyn, una madre ejemplar que si bien proyecta una imagen de éxito y prosperidad, en realidad está acostumbrada a reprimir severamente emociones como el miedo al fracaso y la envidia que siente por sus competidores en el negocio de bienes raíces, lo mismo que sentimientos de frustración y soledad con el fin de sostener un ideal de perfección que se ha impuesto a sí misma y con el que oprime a su familia, ocasionado sin saberlo una pérdida de lazos afectivos con sus seres queridos.

Cuando la crisis de la mediana edad de su marido y la adolescencia de su hija se conjugan en una trama destinada a la tragedia, la madre tendrá que encarar la frialdad su hogar y terminará por recurrir al adulterio y a la violencia como válvulas de escape ante la incoherencia del mundo que ha creado y que la ha separado de su yo interior. La madre perfecta sufre de crisis nerviosas y ataques de ira al ser descubierta con su amante por el marido que acaba de renunciar a su trabajo para comprar el auto de sus sueños en señal de rebeldía. Evidencia de que, a pesar de no siempre tener conciencia de ello, la mente se encargará de que exista una respuesta cuando hay un estímulo externo. Después de todo, como su nombre lo indica, las emociones nos mueven o, al menos, nos inician en una inclinación favorable o desfavorable hacia el objeto que las origina y este movimiento genera reacciones psíquicas y orgánicas que se manifiestan en los planos biológico y psíquico.

Conforme la historia se desarrolla vamos adivinando los sentimientos por los que atraviesa el personaje en su plástica complejidad. Siendo los sentimientos resultados de las emociones mediante los cuales ganamos acceso al estado anímico y que nos capacitan para reaccionar de cierto modo a los estímulos, advertimos la personalidad del personaje y su motivación más profunda: Carolyn desea superar las carencias que tuvo cuando era niña creando una realidad ficticia que le permita generar la felicidad de afuera hacia adentro, dejándose llevar por el consumismo y la superficialidad en un intento por llenar los vacíos que su memoria mantiene presentes. Dado que que los sentimientos conforman una experiencia afectiva vinculada a la memoria, es comprensible que cuando en una persona existe una sugestión para suprimirlos, se establece una división en el funcionamiento normal.

Una teoría psicológica dice que, ante una situación dada, el organismo adopta una respuesta con la cual está expresando su juicio o modo de captar dicha situación. De este modo, la emoción detecta valores; es decir, objetos, situaciones o personas que son juzgadas como adecuadas, importantes, complementarias, o bien contrarias al propio organismo y a la persona. De acuerdo con esta idea, aunque el personaje que primero procura mantener las apariencias, termina por ceder a la pasión del engaño; cuando considera usar un arma contra su marido para restaurar su autoridad, lo encuentra muerto y la pena la embarga confirmando su fragilidad real y la derrota en la batalla contra las emociones y los sentimientos. La vivencia del valor es revelada por medio de las emociones y con ello, recordamos la importancia de la emoción en la vida humana.

En conclusión, la actitud recomendada por la psicología humanista y existencial es la actitud perceptiva, atenta, abierta a los fenómenos, que de hecho están surgiendo en el propio organismo. Cuando una persona se da cuenta de lo que está sucediendo se hace capaz de orientar su propia conducta y asimilar el acontecimiento presente sin sufrir las secuelas de los sentimientos no digeridos. La responsabilidad emocional consistiría en saber manejar adecuadamente los pensamientos de manera que las emociones no perturben o desequilibren. La persona debería saber vivenciar sus emociones sin hacer daño a los demás ni tampoco a sí misma.

Bibliografía
Mendes, Sam. (1999). American Beauty. EE. UU.: Dreamworks SKG.
Gutiérrez Sáenz, R. (1985). Psicología. Estado de México, México: Esfinge.